La tierra. No, no, no entiendo qué pasó. No entiendo nada, no, no lo sé. Yo yo llegué a buscar la verdad. Eso es lo que hago, Eso es lo que dicen que hacemos los reporteros. No. Yo yo sabía, sabía yo, yo sabía que era peligroso, que podían matarme. Siempre lo sé de verdad. Siempre lo sé. Siempre sé que esa cobertura puede ser la última. Y no me importa. No, no me importaba. Pero lo que pasó fue fue real. Nunca me había enfrentado a esto. Fue una pesadilla. Lo estoy imaginando. No. No, no, no, no, no, no entiendo nada. No es una pesadilla. Estás aquí, estamos aquí. Dime qué pasó Amelia con calma. No hay prisa. Es que no. No. No entiendo. Cómo llegamos aquí, Gustavo? Cómo llegaste aquí, Gustavo? Yo solo vine a cubrir el asesinato de los mineros. Cómo llegamos aquí. Dímelo tú, Amelia, buenas vengo a buscar a la señora Amelia buen rostro. Mejía Me dijo que le encontraría en este hotel, pero no me contesta el celular. Saben qué cuarto estál Le puedo avisar que estoy aquí. No puedo darles información, caballero a que la chingada. Sí, ya estoy aquí este sí. Traigo una chamarra verde. Ah Ya me vio Romelia acá disculpa la tardanza. Un lío llegardes durango. Cómo estás, Amelia. Mucho gusto. Llevabas mucho esperando, mucho gusto. No se preocupe. Muy bien. Gracias y usted bien bien. Gracias, pues vamos. No traigo poco tiempo y hay mucho que hacer. Quiero empezar hoy en el pueblo donde los asesinaron mañana. Tengo algunas entrevistas aquí en sombrerete. Como te comenté, aún no me han confirmado todo y ahí vamos bien. No hay problema. Verdad, si me apartaste estos tres días, Sí, Doña, Amelia, como quedamos, no me digas, dueña, no estoy tan vieja. Vamos, pues, setecientos por día más comida y gasolinas. Verdad. Sí, Doña, perdón, perdón, Sí, Amelia, como quedamos, vamos es comor y medio de sombrerete. Al pueblo Mitigna se le puede ayudar a conseguir sus entrevistas. Perfecto. Siempre es mejor no empezar desde cero. Tú Tía lo has conocido a quién es, a los mineros, a los mineros que mataron a no sé. Yo creo que sí. Ella no ha dejado el pueblo ni lo va a dejar. Conoce a todos, a los vivos y a los muertos. Le digo se ha puesto bien peligroso. Eso de los mineros es cosa de todos los días. Yo no me ido porque mi mamá no quiere alejarse de su tierra y de sus difuntos y la verdad, bendito Dios, no nos ha ido mal. Pero si no tuviera que cuidarla, ya me hab ido a California, pobrecita, ya se mueve muy poquito y fíjese que no se lleva bien con mi mujer. Me salió fea y además ingrata a la cabrona, pero ya tenemos tres hijos. Entonces ya no me puede echar para atrás. Buenas tardes, soy Amelia buen Rostro, la periodista de la ciudad de México. Sí, sí, buenas tardes, sólo para confirmar la entrevista de mañana a las cinco de la tarde, muy bien excelente. Sí, sobre el tema de los mineros. Eh, sí, sí es sobre eso. Ok, muchas gracias, hasta entonces toda su vida he estado en la ciudad de México. No de hecho soy de Zacatecas. Me fui para allá hace más de diez años. Conocía bien estos rumbos, pero todo ha cambiado. Ah no se crean. Y tanto, hace diez años ya estaba todo jodido. Sí, ya estaba todo jodido. A cualquiera que le pregunte le contará de algún muerto, un familiar, una amistad, alguien conocido. Qué creo entonces, qué has aquí, qué ganas de meterse a la boca de lobo mi trabajo camilo. Cómo estás, Amelia, buen rostro, estás ocupado. Oye no me han mandado las últimas correcciones del libro y ya no voy a tener tiempo de revisar porfa incísteles que las necesito ver a más tardar la siguiente semana. Ya sé, ya sé, pero me aterra que lo publiquen lleno de ratas. No sería la primera vez. Sí, hombre, es que pareciera que todo lo hacen al último momento y mira que yo siempre ando corriendo órale. Pues sí, aunque me llegue la siguiente semana, pero a más tardar camilo conste órale, pues abrazo fuerte. Sí, bye oiga y le pagan, bien, digo para arriesgarse tanto la verdad. Cuando me habló, yo dudé mucho en hacer el favor, pero pues ni modo me quedé sin trabajo. Y la necesidad es la necesidad. Por lo menos, no es fresnillo. Ahí, sí, está bien caliente, el trabajo peor pagado. No pues menos entiendo oye, pero sí, conoces bien la sola, no eso me entendí. No me digas que no conoces. No. Sí, si yo crecí ahí en serio, entonces sí, conoces bien cómo funcionan las cosas allá más o menos. Doña, mi mamá y yo nos salimos ahí cuando todo empezaba a reburujarse. Qué pasó usted, qué cree no que muy periodista, ah no se crea. Los persiguieron ojalá nada más hubiera sido eso mire no le dije por teléfo uno para no asustarla. Pero hace tiempo ahí mataron a mi papá y a mis hermanos carajo. Lo siento mucho. Debí imaginarlo de verdad que nadie se ha librado a poco. A usted le pasó algo antes de irse. Le mataron a alguien ningún familiar, pero desaparecieron por estos rumbos. A un colega, otro reportero que yo conocía le digo jodido, jodido y no le da miedo regresar a donde desapareció su amigo. No es cualquier cosa. Eh me da miedo, pero ya me acostumbré es mi trabajo, pues debe gustarle mucho como para arriesgar su vida. Eh, así es mi tigno, así es jetuda. Pero buena gente, hace como dos años que no la veo. No creo que se haya puesto más que todavía cómo está ya. La vinimos a visitar. Esta es la señora periodista de la que le dijo mi mamá por teléfono. Buenas tardes, Amélia, buen rostro, mucho gusto. Pasen, pasen, siéntense quieren café. Ahí está el café y el azucar palagua. Gracias. Me dijo mi prima que venía por lo de los mineros. Mire Yo no sé por qué le dan tanta importancia a esos pobres señores que Dios los tenga en su Santa Gloria, porque no son los primeros ni serán los últimos. Estaban de quejosos y los mataron, pero acá los matan hasta sin quejarse. Por eso ya muchos se fueron así. Es Pero sí me da miedo que la vean pasearse por acá sola con mi sobrino casado, que no tiene marido, que la acompañe, no tiene hijos que cuidar. Señora yo le agradezco mucho que nos recibe en su casa. Soy periodista y hago mi trabajo sola y no tengo maridos ni hijos. A su edad no se ha casado y no tiene hijos a No sé grosera la señora Abelli. Es muy seria. Venía en el coche y trabaja y trabaje y qué quiere saber. Yo no sé más que esos pobres señores, se andaban quejando de que las condiciones de trabajo y no sé qué y los mataron. Los narcos. Los narcos sí esos, pues pues saca, todos son lo mismo. Gobierno, mineras, narcos, lo mismo. Conoce a algún familiar de alguna de las personas asesinadas. Me gustaría platicar con mucho respeto con algún familiar. La intención es reconstruir sus historias. Todos salieron huyendo, pero Pata se quedó ella. Es esposa, era esposa de uno de sus pobres hombres de leobardo. Vamos a comer y Ahorita los llevo a ver si les quiere contar algo, pero no le pregunte de los narcos. No nos vaya a meter en pro No es peligroso. Tía. Muchas gracias. Ignacia. Lo sabe lo importante que es armar esta historia. Por qué qué tenían de especial esos señores que Dios los tenga en su Santa Gloria. Todas las personas que la violencia de este país han matado merecen que sus historias se cuenten. No cree, pues no sé acá ha muerto tanta gente y otra tanta ha desaparecido que ni tiempo de andar recordando a todos. Pero la Tierra sí que los recuerde y los duele escucha las piedras como crujen. Parece cosa del diablo, pero son ellos pregúntale a la tierra de todos los que ha visto morir. Ella le va a decir más que pata qué cosa dice Tía Dios, la va a castigar. No le haga caso. Doña Melia, usted ha perdido familia. A mí me mataron a casi todos. Solo dos de mis hijos pudieron irse a los Estados Unidos cargo. Por eso la tía sigue aquí. Por si vuelven esos dos que faltan. Tenía ocho y le sobrevivía dos. Cómo la ve. Mi mamá no ha podido convencerladirse con nosotros a sombrerete cóman pues a poco me va a entrevistar. A mí. Yo no tengo nada que decir. Vendo queso me encomiendo al santísimo padre y no me han matado estos patita. Soy ignacia, estás patita, Hola, ignacia? Qué se te ofrece cómo estás patita? No te quiero molestar en estos momentos de pena, pero fíjate que viene una señora desde la Ciudad de México, una reportera que quiere escribir de tu difunto marido, que Dios lo tenga en su Santa Gloria. Te gustaría platicar con él cómo está, señora Pata. Lamento mucho su pérdida y no quisiera importunarla, pero me gustaría saber de su esposo, de las motivaciones de su lucha de Mata Pata, dónde está, Ahorita. No les puedo atender. Disculpe métete qué cosa tan rara. Esa mujer nunca tiene visitas, ni para el novenario vino gente. No tiene familia, sus hijos, pero están en Chicago desde hace años y no vinieron a enterrar a su papá Qué raro no nos asuste Tía, por si ya andamos con los huevos en el cogote, no más de estar aquí, de visita aún después ya para regresarnos, Doña Amelia, antes de que se haga más tarde. Jesús benditas, qué pasó, Doña Amelia, está bien. La Señorita se cayó levántale, hijo, no puedo salir, pero de dónde este charco al charco, señora Ayúdala, hijo, ahí había un charco de verdad me caía, había un hoyo y anda viendo cosas. Mire No hay nada, no hay nada más que la tierra, pero subas al coche hambre ha de tener era un hueco grande, profundo, lleno de agua en medio de la tierra. Yo lo vi yo estuve adentro te. Creo qué haces aquí, Gustavo, cómo llegamos aquí aquí? Me dejaste hace años. Recuérdalo Amélia. La Tierra Mala es un podcast original de audio. Centro escrito por Benicia Andrade, dirigido por Javier Martret, con música original y diseño sonoro de Juan Bernardo Cantú y con la producción ejecutiva de Javier Martret y Luisa Cantú. Protagonistas caren Alicia y Gabriel Escamilla. Voces invitadas Berenice Andrade, Juan Pablo San Esteban, Luisa Cantú y Gabriela Martínez. El centro