Hola y bienvenidos a gust Este episodio se titula El eterno patrón de la biblioteca. En la tranquila localidad de Wudrich, enclavada entre colinas ondulantes y robles centenarios, había una pequeña perro querida biblioteca que había sido refugio de bibliofilos durante generaciones. El corazón de la biblioteca era su anciana bibliotecaria, el honor que había servido a la comunidad. Durante más de cinco décadas. Había visto ir y venir a innumerables lectores, pero un cliente siempre había sido un misterio, un hombre llamado Richard, que había tomado prestado un libro en Lighting Seven y Seven, y el que no se había vuelto a ver desde entonces era el invierno de Twiny tony Tree. Cuando la puerta de madera de la biblioteca crujió al abrirse y una brisa da helada recorrio los pasillos de tomos polvorientos. Helenor levantó la vista de su escritorio con las manos arrugadas, aferrando un carnet de biblioteca muy gastado parpadeo incrédula al ver una figura de pie junto al mostrador, un hombre de pelo negro azabache vestido con una chaqueta vaquera destenida y con un libro prestado desde hacia casi medio siglo, Richard Jadeo Ellenor, con voz temblorosa. El hombre asintió con la cabeza y sus penetrantes ojos azules se clavaron en los de ella. He venido a devolver el libro Helenor cuando le entregó el antiguo tomo un escalofrío recorrio en la espalda de Aleonor. Richard no había envejecido ni un día desde la última vez que lo vio en Haitin semni seven Era como si el tiempo se hubiera congelado para él, mientras que para los demas avanzaba sin piedad. El leonor se le llenaron los ojos de lágrimas al recordar el día en que Richard le pidió prestado el libro, un volumen de historias de fantasmas que se remontaban siglos atrás. Había sido un hombre tranquilo y enigmático que visitaba la biblioteca con regularidad, siempre en busca de nuevas historias de lo sobrenatural. La biblioteca había sido su refugio del mundo, un lugar donde podía perderse en las paginas de la sabiduría olvidada. Él Ennor había intentado entablar conversación con él, pero siempre se había mostrado reticente, como si guardara un secreto profundo e inquietante. Ahora que lo tenía delante, Heleno no pudo contener más su curiosidad. Richard, dónde has estado todos estos años, No has envejecido ni un día. Una sonrisa melancólica se dibujó en la comisura de los labios de Ricardo y Vagado Ellenor, buscando respuestas a preguntas que me atormentaban. Él no le hizo pasar a su pequeño despacho, donde el aroma de los libros antiguos se mezclaba con el del te recién hecho. Ridget se acomodó en un Brasil y el leano le escuchó atentamente mientras empezaba a desentrenar el misterio de su desaparición en Iting Semnd y Seven. Richard era un joven sediento de conocimientos y fascinado por lo sobrenatural. Se había topado con un antiguo conjuro enterrado entre las paginas del libro de historias de fantasmas de la biblioteca, un hechizo que prometía un vistazo almasala. Impulsado por su curiosidad juvenil, Richard había realizado el conjuro en plena noche bajo el resplandor plateado de la luna llena mientras recitaba las palabras una fuerza sobrenatural lo envolvió y lo transportó a un reino que existía en los confines de la existencia, un lugar donde convergían los vivos y los muertos. En esta dimensión espeluznante, Richard se había encontrado con espíritus de épocas pasadas, cada uno con historias de dolor, anhelo y arrepentimiento. Había conversado con almas atrapadas en un limbo purgatorio, siempre anhelando un final. Era un mundo de belleza, espectral y profunda tristeza, y Richard no había podido apartarse de él. Los años se convirtieron en decadas. Mientras vagaba por este reino espectral documentando las historias de las almas atrapadas que encontraba, se convirtió en un cronista espectral, recopilando las inquietantes narraciones de acuellos que habían sido olvidados por el tiempo, pero con cada año que pasaba se sentía cada vez más aislado y anoraba el mundo que había dejado atrás. Los recuerdos del mundo viviente se habían desvanecido, sustituidos por un deseo irrefornable de volver a casa. Y así alinor con Cliorichard con la voz tenida de tristeza, ereg levando conmigo las historias de los olvidados y los perdidos, he venido a compartir sus historias con los vivos, a ofrecerles el cierre que tan desesperadamente buscaban. El honor se sintió profundamente conmovida por la historia de Richard, con el corazón compungido por el hombre que había estado a caballo entre los reinos de los vivos y los muertos durante décadas, no podía comprender la soledad y el tormento que debió de sufrir en sus viajes espectrales. Juntos estudiaron detenidamente el libro de historias de fantasmas, seleccionando cuentos para compartir con la gente del pueblo. Las lecturas de Richard hacían llorar a los visitantes de la biblioteca. Al escuchar las voches de los difuntos que encontraban consuelo en las historias de amor perdido, sueños incumplidos y espíritus inquietos. Como Richard seguía volviendo a la biblioteca, Helenor y el forjaron una profunda amistad. Ella se convirtió en su confide la de la la RN. La única persona que comprendía la carga que elevaba el peso del pasado y el anhelo del presente, y con cada lectura, Helenor se daba cuenta de que su naturaleza espectra la empezaba a parpadear como una vela que se apaga una noche. Después de compartir una historia particularmente inquietante sobre un marinero perdido en el mar, Richard se volvió hacia Eleanor con los ojos llenos de una suplicatacita, el Leonor. No puedo quedarme aquí mucho más tiempo. Mi conexión con el Reino espectral se está debilitando y temo que pueda perderme para siempre. A helen olidolio el corazón. Al darse cuenta de que el tiempo de Richard en el mundo de los vivos estaba legando a su fin, le cogió la mano con lágrimas en los ojos. Richard has dado tanto a este pueblo, a esta gente, has compartido las historias de los olvidados y has puesto fin a tantas heridas. Richard Cintio, con una sonrisa agridulce en los labios. Ha sido un honor Helenor, pero angelo descansar encontrar mi propio cielo el enorguio a Richard un lugar apartado de la biblioteca, un lugar que él siempre había apreciado. Con el corazón encogido. Vio cómo él empezaba a recitar el conjuro que los había elevado al reino espectral hacia tantos años. Cuando las palabras salieron de sus labios, una luz radiante lo envolvió y el enor se protegió los ojos del resplandor cegador. Cuando se atrevió a mirar de nuevo, Ricardo se había desvanecido, dejando tras de sí solo un susurro de su presencia. En los años siguientes, la biblioteca siguió siendo un santuario para lectores y buscadores de conocimiento, pero el legado de Ricardo perduraba en las historias que había compartido, las historias de los olvidados que vivían en los corazones de quienes las habían escuchado. Ellenor sabía que donde quiera que estuviese, Richard había encontrado la paz, que buscaba un descanso apacible en el abrazo de la eternidad y mientras continuaba su trabajo en la biblioteca, no podía evitar sentir que el aún permanecía Ally, guardian de las innumerables historias que había descubierto para siempre parte de la rica y atormentada historia de la biblioteca. Gustes una producción de Kaloroga Shark Media escrita y presentada por Alexander y en Macintire producido por Mac Francis, productores ejecutivos Mac Francis y Johan Mathemath. Hemos hecho todo lo posible para traducir este espectáculo de su historia original en inglés. Pedimos disculps vas por cualquier héroe