La Tierra. Señora Amelia, qué hace tirada en el piso. Levántese, Amelia, Amelia escúchenme ave, María Purísima, qué le pasó ve sácame ya llega Bega, me saca de aquí, o qué, Amelia, dígame, qué le pasó Virgen Santísima, Ignacia, Igracias, sáqueme de aquí, séqueme de aquí, de dónde. Yo yo estaba en una tumba, me caí en una tumba abierta. Cómo se va a querer en una tumba. No diga pendejadas. Mi casa no es panteón, parece vamos adentro. Le va a caer el fresco. Saludo. Quiénes serán esos hombres? Ay, qué pasó Tía, Quiénes eran esos hombres? Ignacia de qué hombres me habla, Señora aquí no hay nadie. Qué hombres Tía, Yo la vi en la cocina con dos hombres. Ignacia, Tía, Doña Melia, qué hombres vinieron a buscar a los malandros día que no que no vinieron ningunos hombres. Ustedes estaban dormidos y luego encontré a la señora tirada en la tierra toda ida. Yo no sé qué le pasa, señora, pero usted está mal, muy mal en esta casa no estamos más que ustedes y yo en mi casa y ya estuvo bueno de tanta locura y pendejada, tan tranquila que estaba yo sin que me molestaran, pero perfe, pero yo la vi en la cocina. Creí que la habían agarrado, creí que no se iban a matar y luego me caí en esa tumba, me caí. No lo habrás, soñado, Doña Melia, pero pero yo no lo sé. Tal vez, tal vez, tal vez qué pasó, qué pasó nada, Duérmete, se me cayó algo, qué iba suabelia, qué hace despierta sigue asustada. No, no me despertaron los balazos, los escuchaste o andaba yo en el quinto sueño qué se escucharon muy cerca, no bastante lejos. Quiénes son estas personas de la foto, los hijos difuntos de mi tía. Creo no me acuerdo a ver. Déjeme ver bien, sí, sí son y este de aquí también sí. Ese también Miguel, Miguelón por qué creo que sí. Ando viendo cosas, me pareció verlo anoche con tu tía. No verdad, no cómo va a crer. Mi primo lleva varios años. Bien, muerto, híjole, Doña Melia, qué pasó y le está afectando el viaje. Tal vez vi la foto antes y lo soñé. El estrés me confundió olvídalo, no mires, sí, lo entiendo yo también ando con el alma tiesa el miedo jode mucho y, como le decía, este lugar está jodido desde hace tiempo, aunque no pase nada. No más de estar aquí se siento una tristeza que dan ganas de echarse a dormir a poco. No sí. Creo que sí. Supongo que eso pasa en los lugares donde ha habido mucho sufrimiento. Uy acá cómo ha sufrido la gente. Yo ya me quiero ir doña fíjese que anoche y traté de hablar con mi mujer y no pude no salía a la llamada me Jorge ver cómo está mi mamá y mis hijos. Luego siento en el pecho como si no pudiera respirar de la angustia de la tristeza y me doy una modorra como si me jalaran a la tierra. Ahora sí que para tener el sueño externo escuchaste sí, híjole, pero está lejos. Primero, Dios, mañana no nos toca. Déjeme buscar el pan, dónde lo guardará la tía. Ahí mira con cuidado, no la vayas a despertar. Yo, como le dije, viene por pura necesidad. Si no me hubieran corrido de la tienda, no vengo. Yo ya no quería volver a pararme en este lugar. Por qué te corrieron, que es que llegaba borracho y asustaba a los clientes. No es cierto, sí me tomaba mis cheves, pero así, borracho, borracho. No estaba Jay Romelio, pues ya fue que le digo, pero no yo no hubiera vuelto a este pueblo muerto, pura, tierra mala. Además de la muerte de tu papá y la desaparición de tus hermanos, te tocó vivir otra cosa. Le diría que qué más quería que viviera además de eso tan feo. Pero sí me tocó más Fíjese hubo un tiempo en el que, como que hasta los malandros olvidaron de esta tierra que ni Dios recuerda, entonces veníamos mi mamá, los niños, mi esposa, mi niño mayor tendría unos seis años, los otros estaban bien chiquitos. Todavía mi mamá quería visitar su pueblo, su casa. Todavía ur creía que iba a poder regresar algún día, a envejecer, a morir aquí qué pasó. Los persiguieron no hasta eso. No. Entonces espérese ahí voy entonces un día, mi niño mayor, no más, no apareció. No escuchamos barbullo, no escuchamos balazos, ni un reborujo. Nada. Le digo solo no lo encontramos. Y no lo encontramos. Y no lo encontramos. Nadie nos ayudó. Un niño perdido en un pueblo muerto. A nadie le importó Mi esposa en ese tiempo era muy bonita como que se murió en vida. Mi mamá no ha dejado de culparse carajo romilio. Me hubieras dicho. Lo siento mucho de verdad, pues mire es un dolor que queda, no se deja de sentir, pero uno qué hace ni modo de enterrarse en vida. No, pero espérese ahí no queda la cosa. Usted no es la única la que los nervios le están jugando. Chueco cómo, pues, cómo ve que anoche, cuando la tía le andaba calmando, me sería el patio a ver qué pasaba y que veo a mi niño atrás del pozo como gatito, escondido sus ojitos bien brillantes en medio de toda esa negrura, pues salté casi me cago del susto hasta recién abe María como la tía, pero lo crees posible. Cómo va a creer, Doña, cómo me pregunta eso. Usted es la periodista de la ciudad. Mi hijo desapareció hace cinco años. A poco creer que se mantendría así de chiquito y yo no creo en las herejías es hace fantasmas ando asustado como usted, ando cansado como usted y como usted. La mente ya me anda jugando chueco, claro, claro la mente nos anda jugando chueco, Muy choco, verdad. Pero por eso nos vamos mañana. Sí o sí, ya estuvo qué necesidad de andar acá pasando penurias y que la tía me disculpe. Pero no nos vamos a quedar esperar a que nos cante el gallo a ver a qué horas. Pero sí, necesito hablar con la viuda, con pata. Necesito algo romero que valga la pena, al viaje, que valga la pena. Todo esto no me puedo ver sin nada. Vamos mañana temprano a buscar a pata. Te pago el doble por día te parece ay dueña. Esto no vale la pena, que son cuatro mineros asesinados por quejarse de que la mina casi los mata el que es minero. Es minero sabiendo que de una u otra forma va a morir. Feo esos hombres ya estaban condenados, ya estamos acá. Romelio, con una mañana me arreglo, pero no me puedo regresar con las manos vacías. De verdad no tienen nadita de temor de Dios, que no tiene una familia que le espere y le llore si le pasa algo, pues no. La verdad es que no no tengo familia. Mi vida, mi familia es mi trabajo. Es a través de él que he hecho raíces, si me muero, nadie me va a llorar, pero ahí quedará mi trabajo. Así es qué más. No bueno, Romelio, sabes a dónde fue tu. Tía, no la encuentro. No está en su cuarto. Creo que no está en la casa. No, pero doña Amelia, seguro salir muy temprano algún mandado, hacer una vipita con confianza. Tome lo que le haga falta, Ahorita es algo a poco va a comer uno más huevo revuelto con café. No, pues usted sí que es chilanga. No soy chilanga romelio. Nací en Zacatecas, pues sacatecana ya no parece doña. Entonces ya no soy de ningún lado otra razón para que nadie me llore. Si me muero espérese doña no es para tanto a la tía y a mí sí nos dolería que le pasara algo. Entonces mejor. Hay que salir con bien y con Dios. De este lugar aya qué regresar a Ignacia sabe. No podemos esperar a que regrese qué, tal que se tarda mucho, vamos de una vez a buscar a Pata ay doña sin la tía. No creo que la señora Pata quiere hablar y menos con lo mandona que es usted. Eh, pero como quiera eh vamos, pues yo la ayudo. Creeme que no voy a hacer groserán insensible. Tengo mucha experiencia hablando con gente a la que la tragedia la ha atravesado. No la entiendo, pero la respeto y ya quedó de pagarme doble el día. No crea que no escuché, pero de verdad me pregunto si no le da miedo terminar como su amigo, el periodista, ese el que desaparecieron. Cómo dijo que se llamaba Gustavo el Londoño, pues por lo mismo que le pasó a Gustavo Londoño debería empezar a tener temor de Dios. No le voy a temer algo que ni siquiera sé si existe, pues yo sí la veo muy temerosa de cosas que ve en su cabeza. Doña ya está anda creyendo en fantasmas. No más, le digo que hasta acá se huele el miedo. Ah caro ay ah poco. También es fotógrafa. No yo solo sirvo para investigar, preguntar y escribir, pero me gusta tomar fotografías de los lugares. Me ayuda a recuperar la atmósfera cuando escribo de ellos y me parece un insulto hacerlo con el celular. Soy vieja escuela. Qué te digo, no, pues muy bien y qué suerte que está la calle solita si de alguien guarde, luego, luego la Cámara. No voy a hacer de por sí. Es peligroso que andemos afuera sin la tía. No les digo corde la Cámara. Hay hay gente es pata. Parece que sí, verdad, con quién es estará no, que no había venido ningún familiar os cómo voy a saber. Ve por eso debimos venir con la vía. Uno de los señores ni parece de aquí será muy citadino. El otro sí parece de aquí no ay los logras. Ver bien, no distimos sus caras. Ay lo que me faltaba ando viendo borroso, necesito lentes, no pírese. Yo tampoco vio bien, Sí, se ven borrós os. Cómo es posible. Doña Pata, Doña Pata, Señora Pata, podría platicar con usted rápidamente. O no escucharon o no quieren escuchar. Estos canijos ya se metieron a la casa. Qué hijos de la chingada, señora Pata, Señora Pata, señora Pata, soy Amelia, la reportera de la Ciudad de México. Viene a tear con la señora Ignacia. Señora para raban Jaban ya de abre Gustavo, qué haces aquí. La Tierra Mala es un podcast original de Audio centro escrito por Benicia Andrade, dirigido por Javier Martret, con música original y diseño sonoro de Juan Bernardo Cantú y con la producción ejecutiva de Javier Martret y Luisa Cantú protagonistas caren Alicia y Gabriel Escamilla. Voces invitadas Berenice Andrade, Juan Pablo San Esteban, Luisa Cantú y Gabriela Martínez Audio centro