Media Hola y bienvenidos e s Este episodio se titula El desfile de las pesadillas. OTM Hallow era conocido por su desfile de acción de gracias tan pintoresco como tradicional. Pero este ano, cuando las primeras hojas empezaron a cambiar de color una corriente de temor, susurro a través del pueblo, el frío en el aire no solo anunciaba la llegada del invierno, era la anticipación, el presentimiento de algo erróneo. La gente del pueblo se congregó, como cada año, a lo largo de la calle principal, sus alientos visibles en el aire frío o de noviembre, los niños montados en los hombros de sus padres y vendedores ofrecían sidra caliente y patas de pavo. El desfile comienzo con el alboroto usual. Bandas de música de escuelas secundarias carosas patrocinadas por negocios locales y el discurso del alcalde sobre comunidad y gratitud. Pero cuando pasó la última carroza, decorada tradicionalmente un silencio, se apoderó de autom hallo, una niebla rodó adentro, subita y antinatural, aferrándose a una carroza que emergó sin anuncio ni reconocimiento. Era un barco, un galeón grandioso que parecía navegar sobre la neblina, sus velas rasgadas, su mástil crujiendo ominosamente. La multitud miró fijamente boquí abierta mientras la carbosa espectral se acercaba sobre él, estaba la figura de un peregrino. Su ropa no era el atuendo colorido de la iconografía de acción de gracias, sino oscura andrajosa y manchada al con algo que peligrosamente parecía sangre. Sus ojos eran huecos, su piel pálida, un resplandor sobrenatural Rodeandolo. Esa noche, la gente de Outtom Hallow fue visitada por pesadillas visiones de un día de acción de gracias del pasado, donde el peregrino de la carroza, un hombre llamado Ezequiel Crane, no era un invitado, sino empresario de condena. En sus sueños vieron a los antepasados del pueblo invitando a un grupo de viajeros a unirse a su festín. Entre él los estaba Ezequiel, un hombre que había perdido a su familia al duro invierno y desde entonces vagaba consumido por el dolor y una oscuridad creciente. Los sueños mostraban la celebración tornándose en caos. Ezequi el parecia había traído más que su peña a la mesa, había traído una maldición, una ala que había caído presa sin saberlo durante sus vagabundeos, una maldición que prometía prosperidad, pero traía solo pestilencia. Miss s s habitantes del pueblo de aquel fatídico día de acción de gracias caan uno por uno su alegría, convirtiéndose en cenizas, en sus bocas. El espíritu de Ezequiel fue condenado a caminar la tierra a su presencia una so de perpetuo sobre autom hallo. La carosa espectral no era una simple decoración, Era el buque fantasmal que elevaba el alma atormentada de Ezequiel cran cada año emergia de la niebla de los recuerdos olvidados, un recordatorio del oscuro patrimonio del pueblo, de una celebración que se había convertido en luto, de un festín que se había vuelto hambruna. Mientras los días pasaban, el pueblo se debilitaba, los cultivos, se marquitaban, el ganado caía enfermo y un malestar se extendía entre la gente, justo como había ocurrido todos esos siglos atrás, el Consejo del Pueblo, desesperado y temeroso, escudrino los registros históricos en busca de cualquier mención de Ezequiel y la maldición que les había afligido. En el tomo más antiguo. Encuadernado en cuero y olvidado, en la Biblioteca del Pueblo encontraron el relato de aC El primer día de acción de gracias maldido hablaba de un ritual, una forma de apaciguar el espíritu herante de Ezequiel, un banquete preparado en su honor, con un asiento dejado vacio en la cabecera de la mesa. El pueblo, impulsado por el miedo y la esperanza de salvación, preparó el festín. Se reunieron bajo las ramas esqueléticas de los árboles donde las hojas antes habían florecido. Se puso una mesa en el corazón, la de la plas del pueblo y una sila se dejó vacante para esequia. Los habitantes del pueblo se tomaron de las manos sus alientos, formando una nube sobre él, mientras recitaban las palabras escritas en el antiguo tomo. Mientras la invocación se pronunciaba la niebla regreso y con nela el galeón. Ezequiel tran bajo de la carosa sus ojos llenos de un eterno dolor, se acercó a la mesa su forma parpadeando entre la de un hombre y un fantasma. Al tomar asiento, la gente del pueblo retrocedió sus corazones, latiendo con el temor de que el ritual pudiera fallear. Pero en lugar del caos de sus pesadillas, hubo un momento de calma. Ezequiel miró el festín sus ojos, encontrándose con los de la gente del pueblo una sola lágrima brillo en su mejilla resplandeciendo con la misma luz de eterea que lo rodeaba mas sintió un gesto de gratitud y aceptación. Con eso la maldición se levantó, la niebla se disipó, los cultivos se hervían de nuevo y la salud regreso al ganado y a la gente. El espíritu de Ezequiel encontró paz, su maldición resuelta a través del reconocimiento y recuerdo del pueblo autom hallo nunca olvidaría el desfile del día de acción de gracias que los le evocara a cara con su historia. La historia de Zekyll Crane sería contada por generaciones no como un relato de terror, sino como una lección de compasión y la importancia de honrar cada alma viva o falecida. La aparición de outom Hollo se había convertido en parte del tejido del pueblo, un escalofriante recordatorio del velo delgado entre el pasado y el presente y la innegable verdad de que a veces los fantasmas de la historia deben enfrentarse para encontrar la paz. Y cada año, a medida que se acercaba el día de acción de Gracias, se colocaba una sílabacia en cada mesa, un silencio su atributo al peregrino, que se había convertido en parte del legado de autom Hallow Gusta es una producción de caloroga Shark Media escrita por Alexander y en Maccintire producido por Mac Francis, productores ejecutivos Marc Francis y John Mathemouth. Hemos hecho todo lo posible para traducir este espectáculo de su historia original en inglés. Pedimos disculpas por cualquier éroe Media