Hola estuvo intensa en la discusión interna esta semana alrededor de algunos resbalones que tuvimos con el manejo de informaciones sobre víctimas menores de edad te estoy seguro que nos harán un poco más reposados y responsables de lo que fuimos este fin de semana. El debate más profundo lo tuvimos con el terrible caso de este de Diyland Santiago Castro, el niño de dos años que no inicialmente fue reportado como desaparecido y finalmente fue encontrado sin vida en Bogotá. Y el debate, pues, no fue por las informaciones, que en general, fueron bastante bien trabajadas con mucho respeto y el tono escandaloso y amarilloso que se vio por otros lados. Sin embargo, en una de esas notas se utilizaron como cuatro fotos del niño y eso nos puso una vez más frente al dilema igual difícil. El tema digamos de si debemos sacar imagenes de menores de edad que pueda violar, que puedan violar sus derechos y, en particular, cuando son víctimas de entrada. Si nos equivocamos, no había necesidad de sacar cuatro otros en Santiago en un solo artículo. Pero ese exceso, digamos, nos llevó a ir un poco más allá de a reflexionar y no deberíamos, de hecho, abstenernos de usar su fotografía, sino un consentimiento previo de sus familiares. Buen debate. Para algunos era parte importante de la información en la presentación de la fotografía y, además, de una manera como de ponerle rostro digamos a esa tragedia. Además, decían pues ya la imagen de Santiago era conocida porque la familia la había circulado cuando estaba desaparecido y además, también decían que no sacarla, pues sería más bien insensibilizar esa tragedia. Para otros, la fotografía realidad no aportaba nada a la información y si respetaba el dolor de una familia. Y pues sí, hay una gran diferencia en que la fotos sea pública cuando lo están buscando con afán de que eso ayude a que aparezca a publicarla. Ya una vez se ha comprobado que apareció simple. Es difícil pensar en una regla unificada, más allá de las legales que existen y así como en su momento, frente a la histórica foto, que histórica de los niños perdidos en el Amazonas en el accidente este del avión. Cuando aparecieron aquí, decidimos pixelar los rostros de los menores, pues esta semana también publicamos una historia bastante similar a la debida, algo de hecho, con la aparición sin vida de la niña hasta de seis años, que estaba desaparecida en la contra ofensiva y radio en casa. Por eso, pues, finalmente decidimos trabajar aquí como en una guía interna adicional a lo legal en la que en principios seremos bastante restrictivos en el uso de imágenes de n sin perjuicio de que ni una discusión interna previa a la publicación nos convenza de que se justifica en ciertos casos su utilización al otro jalón de orejas y no le cabía mucho debate. En realidad era justo y necesario. Me refiero al caso este del canadiense que se vino a Medellín en plan de turismo sexual y terminó en un caso de pedrastia con una menor de edad que a su vez lo drogó y lo robó dos delitos en paralelo que, sin embargo, se trató por parte de las autoridades y por la mayoría de los medios, sino todos como uno solo el del robo. Y nosotros también caímos de ahí con un titular inicial y, sobre todo, con el gancho de esa nota, que fue el texto que se fue para redes sociales, que tal cual ponía toda la culpa en la menor de edad y su robo al canadiense. En cambio, se lo mostrábamos como una pobre vic a quien habían encontrado mos en ese texto en estado de indetección. Creo que lo que jalonó hacia ya las cosas, pues fue la propia policía, digamos yo como un gran éxito de su grupo de protección al turismo y abro comillas. Con el fin de garantizar la seguridad a extranjeros, se logra la prevención de una mujer menor de edad que fue capturada por los delitos de gusto calificado ya grabado faltadad personal y receptación y el canadiense Nimu y nimo voy a decir de una nueva subyección. Digamos en estos vídeos que podríamos llamar algo así como el anti desnudo. O algo así. Me lo gané por él. Gracias Paris de la semana pasada y les de veo, pues, la palabra a una réplica de nuestra editora interna, alma de Alejandra Medina, que protestó por la redacción al desnudo de la semana pasada. Por mi parte, no es más. No tengo chao. Oye pasada en la sección internacional nos ganamos un jalón de orejas por este titular una razón por la que los migrantes llegan a Estados Unidos. Dos puntos creen que pueden quedarse y sí puede sonar obvio, pero quisiera explicarles porque no creemos que lo sean para empezar. Este es un artículo de nuestra alianza con el Nework Times, que originalmente tituló Una gran razón por la que los inmigrantes llegan en masa es qué creen que pueden quedarse por el número de caracteres. Tuvimos que quitar adverbios y adjetivos, pero en esencia de la idea es la misma. En la nota, la autora explica cómo emigrantes que llegan a Estados Unidos buscando a las autoridades para poder iniciar procesos de solicitud de asilo, algo que puede durar años en los cuales estas personas van a estar relativamente a salvo de una deportación. Esto contrasta también con otro tipo de historias en los que las que los migrantes tratarán toda costa de evadir a las autoridades. Así que el titular, más allá de reflejar una simple aspiración, está hablando de algo que, dados los antecedentes, puede darse, por cierto. Pero más allá del contenido de la nota, lo que quisiera transmitir es que muchas veces, cuando hablamos de migración, nos aproximamos con prejuicios y pensando que sabemos lo que las personas migrantes sienten. No piensan si una persona refugiada migra, por supuesto, lo hace porque necesita salir de su contexto e instalarse en otro lugar, pero muchas veces también es consciente de que en el camino se va a encontrar con muchos riesgos, pero su desespero es tal que de todas formas sale a probar suerte. Así que no no es una ovidad que si una persona a migras porque cree que puede quedarse en el lugar al que va, muchas veces sabe que en el camino hay riesgos y que incluso si llega se expone a ser expulsado o expulsada, pero en su momento es la única opción que ve para poder salvaguardar su vida o su bienestar