Esta es la segunda temporada de la tercera Ley de Newton. En el crimen pasa igual producido y narrado por Mariano Osorio, con la colaboración de soñaraciones original de Valentín dons N. Para toda fuerza de hu existe una fuerza contraria del mismo tripo y su acritud do. Esta historia es cien por ciento ficción. Cualquier semejanza con la realidad. Esmera coincidencia de advertencia. Contiene violencia y lenguaje ine apropiado. Se recomienda discreción. Capítulo catorce muerte y Cartagena, en una finca grande y hermosa y de estilo rústico, ubicada a la orilla de la playa, en una zona exclusiva en Cartagena, Colombia, Iván, Camila y Valente salen a almorzar al jardín. Ricardo ordenó que Camila y Valente acompañara a Naiván. Quién negociará con los colombianos que contactó Valente. A pocos metros el jardín comienza la playa. La finca tiene su propio muelle y es propiedad del Cártel Supremo. En el muelle hay un yate, diez guaruras. El cartel que viajaron con Valente, Camila e Iván resguardan la finca. Hay empleados colombianos que se encargan de los jardines y el mantenimiento de la playa, y también hay una cocinera y una mucama. Dos guaruras se acercan a Iván. Le avisan que los colombianos llegaron y van orden a que los hagan pasar. Los dos productores de coca que Valente contactó salen al jardín vienen acompañados por cuatro de sus hombres. Estos últimos se quedan a cierta. Dista José Manuel Arístides me levanto los saludo y los presento con Iván y Camille y dónde está el cabrón de Hitler. Me pregunta José Manuel Camila quiere saber quién es Hitler. Puntan madre, le digo que es un empresario artístico. Amigo mío estuvo en el concierto de mi orquesta y van invita a sentarse a almorzar a José Manuel y Arístides todos platican de trivialidades de clima y de asuntos banales de México y Colombia. Después de un rato ivan me lanza una puñalada trapera Valente retírate. Quiero platicar de negocios con José Manuel y Aristides. Qué hijo de Perra. Me muerto un huevo y me levanto. José Manuel y Arístides se desconciertan. Les digo que no se preocupen, que están en buenas manos y me meto a la finca desde el ventanal de la sala. Los veo platicar. José Manuel y Aristide separan se despiden de Iván y Camila se meten a la finca, se despiden de mí y se van. Sus hombres lo siguen y van y Camila se meten furiosos a una de las recámaras. Qué mierda sucede. Horas después, Valente se encuentra en su cuarto en la finca. No sé si ya quedó el negocio. Si vamos a estar aquí más tiempo, si nos regresaremos, y Iván y Camila no me dicen nada. Suena mi celular hola Ricardo con una chingada. Valente me grita qué le dijiste a los colombianos mataron a la mierda y Iván y a Camila qué Yo no dije nada. Ricardo solo los presenté y me retiré. Razón, pendejón, cómo que te retiraste tú eras a quien conocían los colombianos. Me fui porque los imbéciles de tus hermanitos me ordenaron que lo hicieran, pero yo estúpiidos no sé cómo le van a hacer si regresan sin haber negociado con esos colombianos. Les voy a cortar las cabezas a los tres y cuelgan sus hijos de su pinche madre. Me van a oír. Salva encabronadísimo de mi recámara. Voy al cuarto, donde están Iván ni Camila ni van abren con un carajo valente. Por qué tocas así y antes de que puedas seguir hablando, le reviento un putazo en la cara vols culpas, se odio la transacción, me le arrojo, encima, lo digo y lo sigo golpeando fóltalo suéltalo la grita. Camila se lanza sobre mira ay me muerde la oreja empujo con el brazo y Camila se estrella en un mueble. Los guaruras entran al oír el escándalo vátenlo les ordena iván, los uaruras sacan sus armas y me apuntan alto cabrones hay mucho en juego. Piensen muy bien si me van a disparar les dejo en claro eres un maldito de mente. Vocifera Camila con la frente sangrando por el putazo yo o por culpa de ustedes. José Manuel y Aristides, se largaron qué mierda tienen en el cerebro en qué estaban pensando cuando me dijeron que me retirara. Los colombianos confiaban en mi necesitaba estar para blandarlos, y así ustedes pudieran hacer los negocios parten pésiles. A mí no me hablas así, cabrón, respétame. Estoy por encima de ti con una sola orden mia y en este momento te mueres. Me grita furiosa Camila. Los guaruras siguen apuntandome vas a ordenar que me disparen. Hazlo a Camila a ver qué le dices a Ricardo Si convenzo a los colombianos de negociar con Iván el Cartel duplicaría las ganancias de la venta en Estados Unidos. El Cartel necesita mucho dinero. Después del robo que sufrimos en la zona centro, qué esperas Anda Diles que me disparen. Camila me ve con odio un nervio del párpado. Le bringa jinga tu madre, me grita y avanza para irse la pesco del brazo y tu vas y chingas a la tuya. La empujó contra Iván y me salgó. Días después, en un campo de golf en Cartagena están José Manuel Aristides y Van Camila y Valente juegan golf. Los guaruras que acompañan a los productores de coca y a los directivos del Cartel Supremo se encuentran a cierta distancia. Intenté varios días convencer a José Manuel y Aristi desde que aceptaran negociar con Iván, pero ellos se rehúsan. No lo traigan porque el hijo de toda su reputa. Hizo a un lado el día que los presenté. Aristides quiere que no me desanime, pues yo les caí bien. Me confió discretamente que tal vez en un futuro negocien con nuestro cártel. Dejé de insistirles conozco a los narcos y si se sienten instigados, podrían encabronarse y yo necesito su droga. El problema es que mañana regresamos a México. No son vamos con las manos vacías. Ricardo se va a poner furioso y lo más importante, mi plan se vendría abajo. Por eso diseñé una táctica para que a Iván se los gané como él es muy bueno jugando golf. Organicé un partido para convivir por última vez con José Manuel y Arístides. Pensé que el pendejo de Iván lograr y empatizar con ellos y hacer que se divirtieran A veces los negocios. No se tratan de negocios, sino de vínculos pendejos. Pero me equivoqué el imbécil Les está poniendo una paliza fantochea cada vez que hace una buena jugada en vez de dejarse ganar. Nosotros nos vamos, dice José Manuel, notablemente aburrido mierda. Si se van ya, no tendré oportunidad de convencerlos de que negocien. Les pregunto si no se están divirtiendo y le lanzo una mentada de madre con la mirada iván, pues no agarro la onda y los incomodo qué nivel de inteligencia tiene este pinche director de importaciones y todavia me mira como diciendo qué qué hice mal Aristi y desconfiesa que la verdad, la verdad. Ellos no juegan golf puta madre. Yo creí que sí. El día del table dance con Hitler me mostraron una foto donde estan con palos de golf con un amigo de ellos, José Manuel y Aristides dicen que no es su amigo. Es un campeón de golf colombiano con el que se sacaron una selfi puta madre y qué deporte les gusta jugar. Les pregunto fútbol. Responden al unísono, pero ya se hizo tarde y dice José Manuel, nosotros no tenemos nada que hacer. Juguemos un partido. Les propongo. Veo que José Manuel y Aristides ya no tienen ganas, pero hacen un esfuerzo por mí. Nos subimos a los carros de golf y nos cambiamos de campo. Hay canchas de fútbol en el mismo lugar, pues es un club deportivo grande. Arisides les pide a sus hombres que traigan una hilera con cervezas te tapan para todos y van y Camila se las toman en Chinga por el calor. José Manuel y Aristides saben que no bebo, pero quieren que me tome una cerveza con ellos por la despedida ni modo si con esto puedo lograr algo. Brindo y me la tomo ven no sé cómo les puede gustar esta mierda. A esto han de saber los orines. Camila dice que ella sólo verá el partido para que seamos dos contrados y se empina la cerveza hasta el fondo, hija de la chingada eructo, como pinche camionero, arrancamos el partido. Los colombianos nos están rompiendo. La madre Camila nos grita leperadas a Iban y a mí para que nos pongamos las pilas. Me queda claro. Es un pinche camionero. No es pretexto. Me siento mareado y así no rindo. No estoy acostumbrado al alcohol y Ivan sí está acostumbrado, pero es pendejo para el fútbol. Los colombianos nos meten goles y goles cada que anotan, cantan y bailan una ridícula porra y en castigo nos hacen que bebamos otras cerveza hasta el fondo y a Camila también, obviamente, para festejar su golta, estapan las uñas y se las beben de golpe. El partido sigue van es tan pendejo que mete dos autobles, los cuales, obviamente, son puntos para los colombianos y más cervezas. Yo ya no sé ni dónde está. El pinche norte bateó un cañonazo con huevos. El balón se estampa en la cara de Iván. Mierda, el putazo se desmayó. Los colombianos le vacian cervezas heladas en la cara para que vuelva en sí iban reaccionan, tiene el hocico floreado y le sangran y esta pedísimo dice wooool. Los colombianos se carcajean. Yo vuelvo el estomago. Las cervezas que me chingue van a dar sobre iba el güey me miente la madre. Una y otra vez todos se desternellan de risa. José Manuel y Aristides dicen que somos la vaina y que debemos seguirla en otro lugar. Encueran a Iván lo bañan con una manguera que hay para regar el campo. Les piden a sus guaruras que le traigan un pantalón y una playera y nos vamos para seguirla. Mientras tanto, en la finca ubicada en la playa Hitler y r a cinco el recluta fuerte y atractivo del escuadrón de Valente tocan el timbre. Están uniformados como empleados de una compañía telefónica. Afuera en un vehículo de dicha compañía está r a siete. La mujer del escuadrón también uniformada. Sí, están en Colombia. Viajaron para ayudar a Valente con sus estrategias y se hospedaron en un hotel. Valente estropeó los cables y módems de Internet de la finca antes de irse a jugar golf con Iván y Camila. Camila llamó a la compañía telefónica, reportó el Internet y les dijo a los vigilantes de la finca que irían empleados a reparar el Internet. Valente le avisó a Hitler, quien interceptó a los empleados de la compañía telefónica y los secuestró. Hitler r cinco r a siete se están haciendo pasar por los empleados. Los vigilantes de la finca les abren la puerta, los dejan pasar. Hitler y R cinco ocultan micrófonos y cámaras detrás de cuadros y adornos mientras reparan el cableado y cambian los modems. Más tarde, en un table dance en Cartagena, les digo a José Manuel y Arístides que me disculpen. No puedo haber más la puta cabeza me está explotando. Ellos se entienden y siguen brindando con iván y camilla. En la mesa hay botellas de champaña con jack whisky, tequila y elleras y refrescos. Los colombianos sacan cocaína para bajarse la peda y para poder seguir bebiendo más arman líneas en la mesa y van y Camila se atascan de coca. Parecen malditas aspiradoras y no dejan de ensalzar la calidad del producto. Anoche cae. Hay taiboleras encima de las piernas de todos, incluso encima de las de Camila. Quien está hasta su madre les mete mano y las besan. Los colombianos se emocionan viendo cómo ella les hace cosas. A las chicas le gritan ulas y alabanzas y morbosamente le van diciendo qué más haga con las mujeres. La miela está como pez en el agua disque complaciendo a los colombianos, pero en el fondo ella es la más complacida. Yo desempeño el rol del maldito bufón. Estoy acostado en un sillón con una bolsa de hielos puesta en mi cabeza y con una hilera en la mano. Los colombianos se burlan de mí porque cada que me zarandean automáticamente vomito en la hilera. Parezco un maldito chutagol, pero en vez de mover la pierna, cuando me toca en la cabeza, vuelvo el estómago y así me traen todos como pendejo y qué decide iván pinche cabrón surrealista. La ropa que le consiguieron los colombianos le queda chica. Parece que trae puesta una hombriguera. Sus pinches longotas vibran al aire como gelatina, mientras baila el ritmo de la música, trabado de la mandíbula y enseñando y castañando los dientes, pero él niega que esté drogado y para probarlo se mete muy machito a un privado con una taibolera. Momentos después sale lloriqueando no pude, no tuve ni puta erección. Pue atascado. Chingan dice la mente al ver el cuerpo de Diosa de la chica, todos se cargajean. Creo que les estamos haciendo la noche a los colombianos con tantas pendejadas. Finalmente, José Manuel y Arístides dicen que harán negociaciones con nosotros, pues somos la vaina mexicana, malditas rojas. Pero lo logramos. Al día siguiente en el jardín que da a la playa, en la finca y Van Camila, José Manuel, Aristi y Desivalente se encuentran reunidos, almuerzan y beben cerveza para curar la resaca valente. Sólo toma agua. Los cueruras de ambos grupos están a cierta distancia. Qué fiesta la de la noche para haceros vocifera emocionado Arístides y, como siempre sucede, después de una fiesta, todos empiezan a contar anécdotas de lo vivido y van no se acuerda de varios acontecimientos. A mi le recuerda todo, pero bien que se hace pendeja y dice que no. Por fin. José Manuel y Aristides comienzan a hablar de negocios. Preguntan cuánta mercancía va a querer nuestro cartel. Ivan responde que doce toneladas guau parse contesta. José Manuel dice que con nosotros van a ser buenos negocios. Claro, Ricardo decidió sacarle partido al precio y ordenó a Iván que encargar a lo doble. Le urge comenzar a reponerse de las pérdidas que sufrió en la zona centro. Estamos hablando de veinticuatro millones de dólares. Afirmars tienes como desean que se haga el pago, pregunta Iván. En efectivo, aclara Aristides y pide que sea el cincuenta por ciento antes y el otro al ser entregada a la droga. Asegura que también aceptan propiedades en Colombia, pero explica que eso es mas complejo, pues tendrian que intervenir los abogados y prestan hombres suyos y nuestros. En efectivo, esta bien responde iban incluye el flojo te Aristi des contesta que confletes son doscientos dólares más por kilo y van voltea a ver a Camila. Ella siente en señal de aprobación. Wau Camila eres la del dinero. Eh le dice Aristides. A huevo responde Camila y van cierre el negocio trato hecho. José Manuel Aristides, vamos a mandarles el cincuenta por ciento del dinero en hidroaviones vendrá dividido en cuatro vuelos en diferentes días para no arriesgar el dinero todo junto. Por si la policía agarra algún avión. Escojan puntos seguros en mar Abierto de Colombia para que nuestros hombres les entreguen el dinero a los suyos y mándame las coordenadas. Después les diremos en qué lugar de México queremos que nos entreguen la carga. José Manuel y Arístides Te se estrechan la mano a Iván y Camila, luego a Mín y se van y Van y Camila se paran Valente. Mañana nos vamos a las diez de la mañana. El ya Te nos va a llevar a mar Abierto para abordar el hidro avión. Camila y yo vamos a salir a celebrar por haber hecho este negocio. Nos recomendaron otro taiwor quiere decir les agradezco, pero les digo que con una fiesta tuve ok entonces descansa. Salvemos mañana se despiden de mí y se van a una recámara. Llamó a Hitler. Se metieron a una recámara. Le avisó entendido Valente Hitler está en su hotel, tiene puestos unos audífonos y manipula una laptop en la que está monitoreando las cámaras y micrófonos que él y r a cinco instalaron en la finca cuando fueron a arreglar el Internet. Hitler me va informando lo que escucha Valente y Ivan les va a pedir a José Manuel y Aristides que el cargamento de cocaico se ha entregado en mar Abierto al sur de México y del lado del Pacífico. También le dijo a Camila que el cargamento le escoltará a costas de Oaxaca. Una flotilla de la Armada mexicana comandada por el Almirante Mauricio esquivel Ok. Gracias Hitler. A la mañana siguiente, Valente se asoma a la ventana de su recámara, la cual da a la fachada de la finca. Hijos de la chingada se la agarraron. Largan para qué. Dicen que a las diez y ya saben cómo son de borrachos y atascados. Pasan treinta minutos la marco. Iván no me contesta. Llamo a Camila tampoco responde y de seguro los huaruras están afuera del maldito tabr esperando a ver a qué. Ahora los patrones acaban su fiesta. Acá hay solo dos escoltas de guardia salvo de la recámara, para preguntarles si Iván y Camilla les han llamado qué extraño. Tampoco están voy a la parte trasera de la finca los busco en el jardín que da a la playa. Qué mierda. Sólo están los jardineros y la cocinera. Esto no huele bien. Regreso a mi recámara. Me asomo por la ventana. Dos tipos están en la calle recargados de en un coche a lo lejos están viendo esta finca volteo a otro extremo de la calle. Hay dos más haciéndose pendejos, pero están vigilando hacia acá mierda. Hay dos imbéciles en un auto vigilando y dos más afuera de una de las fincas vecinas. Hijos de su puta madre se largaron y me pusieron una trampa le marco a Hitler. Hitler, estos hijos de la chingada se quieren deshacer de mí. Hay matones vigilándome por todos lados. O sea es mi puta madre. Nunca dijeron nada de poner una trampa. Olenta. Escucha su conversación todo el tiempo. Lo único que me brincó fue que, antes de irse al tabole dijeron esto va a ser lo más divertido del clan. Salieron y este perra desde ese momento se largaron. Ya habían quedado de acuerdo. Cómo no la vi venir mierda. No te preocupes el valet rácigo r Así que y yo estamos en un bote pesquero. Estamos disfrazados de pescadores. Tuve que moverme más cerca de la finca porque la frecuencia de radio de los micrófonos que instale se partió un poco solo que ya íbamos de vuelta a nuestro hotel. Vamos a tardar algunos minutos porque hasta lancha no tiene potencia. Se le alquile un pescador nativo. Venimos con él. Puta madre. Los matones se están acercando a la finca. Piensa rápido, Pisa rápido, Valente Hitler. Los batones ya vienen por mí, ya no van a llegar a ustedes a tiempo dejo todas mis cosas. En el cuarto solo me guardo la pistola en la pretina, me pongo un audífono, manos libres en el oído, me guardo el celular en el pantalón y salgo de la recámara. Voy a la puerta trasera de la finca Cruzo el jardín para llegar a la playa puta Madre. Varios hombres están caminando en la playa Hitler. Estos cabrones no son turistas, están vestidos, tienen zapatos y vienen hacia acá. Me llevan la chingada. Las sombras que estaban en la calle se están brincando la barda de la finca Hitler. El muelle está vacío. Claro, el imbécil de Iván y la perra de Camila no me iban a dejar el yate. No son tan pendejos. En el muelle de la finca vecina y una lancha deportiva. El matrimonio que vive en esa fin que está subiendo a ella. Es mi oportunidad hacia su muelle a mierda y los hombres que se brincaron la barda ya me vieron le están corriendo hacia acá puta madre. También los que caminaban en la playa corren hacia mí Arranca y acelera cabrón le ordenó al esposo apuntándole con la pistola. La esposa grita desesperada que no les haga daño. Punta ja ja famaneja. Dos matones dispararon Hitler arranca unos va a llevar la chingada. Le gritó el esposo él arranca mete la celebradora hasta el fondo. Su esposa me ruega que no los matestas en una gancha malenta. Sí, pero los pinches vatones ya se están subiendo a las suyas. A ver no kilómetro ha semana adentro y qué te hace el norte en algún momento nos va a fanar los ojos de las chingadas. Ya abrieron fuego contra nosotros. Qué no puede ser Estos hijos de la chingada están armados con fusiles barret Si no están están padre. Va a volar en pedazo. Le pen la lancha y ordeno al señor él obedecen falta. Le escrito a los dos ambos se avientan al mar. Les lanzo dos albabidas que hay en la lancha que están junto a un tanque de oxígeno de museo dachas enemigas. Están persiguiendo. Viquitle los palazos y cañonzos te vienen rozando las orejas. Te van a llevar la chingada aquí hijos de tu pobre madre y tre uno te veo ontan que moraracho no deja quiera varios palazos a tiraron. Le deja la brisas de la lancha. No sé cuánto puede resistir esta velocidad. Hitler A Juanca blanca baja teme como medio que no tengan la misma dirección. Vamos a pontar for rato que va sacando chao. Todo voy a llegar. Todo, voy a lograr ter me va a llevar la chingada po palete más territa. Puedes lograrlo. Vamos para nombrarnos pieda. El fusil casi me da caja cerca manera encanta ahora eh to como una chicada ja valente salta la lancha. La pareja se asusta valente, toma el timón y arranca acelera todo lo que da el motor. La lancha va casi volando por encima del agua. Es tal la velocidad que la panza de la lancha rebota sólo de vez en cuando golpeando las olas. Un milímetro mal calculado y la lancha se puede voltear efectivamente. Es la escena de la lancha. Habíamos regresado en el tiempo dos meses. Ahora hemos llegado a este momento. Un disparo de fusil barre tenía ochenta y dos alcanza la lancha deportiva en la que va valente. La lancha vuela por los aires hecha pedazos partes incendiadas caen sobre el mar. Se siguen incendiando debido a la gasolina que se encontraba en el tanque los mantones se acercan para corroborar qué se puede corroborar. No queda nada. Pasan al lado del bote pesquero azul con blanco, que está echando un do mucho humo. Los matones ven a un pescador mayor de edad en el bote pesquero le hacen una reverencia en señal de respeto. El pescador los mira con terror, pero les devuelve la reverencia. Los matones se siguen. Se percatan de que la lancha deportiva ya no existe y se van. El pescador anciano levanta una lón en su bote. Ahí están acostados Hitler R cinco y R. A siete. El pescador dice que pasó el peligro, pero que su amigo no sobrevivió. Momentos después, en una de las lanchas de los matones, uno de ellos se comunica con Camila, le informa que el sirenito ya dejó este mundo. Sonríe el hidroavión le avisa a Iván que todo salió perfecto. Horas después, en un bar en Cartagena, Hitler bebe mucho alcohol para embriagarse. R cinco y R siete están con él bebiendo por la muerte de Valente. Como Hitler está perdiendo los estribos por el alcohol. R cinco y R. A siete dejan de tomar para cuidarlo. Hitler llora de manera amarga. Tiene un dolor muy grande por haber perdido a Valente, el hermano de su amigo Emiliano. A R. Cinco y a R. A siete también les duele. A pesar de conocerlo hace apenas unos meses. Saben que es un asesino y criminal, pero algo en él que no se pueden explicar. Los ha motivado. R cinco intenta tranquilizar a Hitler, pues está llamando la atención en el bar. A hit no le importa. Vocifera que Emiliano nunca lo va a perdonar, que nunca entenderá por qué descuidó a su hermano, que nunca comprenderá por qué permitió que mataran a Valente. El gerente del bar se acerca a ellos les pide que se salgan, pues están incomodando a los clientes. Hitler se niega, maldice e insulta al gerente lo empuja con fuerza. El gerente sale expulsado. Cae sobre unos clientes. Son cinco hombres que ya están alcoholizados. Los hombres enfurecen, le gritan impromperios subidos de tono al Hitler. Este no se queda callado. Está tan furioso que no busca quién se la hizo, sino quién se la pague. Se lanza con coraje entre unos hombres, quienes le devuelven los golpes. R A cinco y R a siete salen a la defensa de Hitler. Son tres contra cinco, pero a pesar de ser menos y a pesar de que R A siete es mujer, les ponen una tunda a los hombres. El var queda destrozado. Hitler sako fajo de billetes, se los da al gerente para cubrir los destrozos el bar y sale junto con R A cinco y R a siete. Horas más tarde, en el edificio corporativo de la Multinacional de Alimentos, el episodiez se encuentra al rojo vivo. Los empleados que trabajan en la dirección del Cartel Supremo están sumergidos en la incertidumbre. Caminan de un lado a otro, rumoran, hablan, intentan averiguar qué sucede. Sólo saben que Camila, directora Administrativa e Iván, director de importaciones volvieron de Colombia y convocaron a una junta urgente y que Ricardo, el capo del Cartel Supremo, se encuentra en camino. En la sala de reuniones. Aparte de Camila y Iván, están Esteban, director de Producción, Adán, director de Control Nacional, Valeria, directora del área legal, Hernán, director de Marketing r n r s So, director de Distribución y Exportaciones. Esteban abre una ventana y fuma. Camila le pide que apague el cigarro. Se salga a fumar, el capo llega entra a la sala. Se siente en la cabecera de la mesa. Ivan informa que consiguió negociar con los nuevos productores de cocaína. Todos se alegran. Ricardo pregunta dónde está Valente. Ivan toma Aire, revela que todo iba muy bien. Presume que Valente, que nunca bebe hasta tomó con los colombianos, pero que se metió con un grupo criminal peligroso asegura que no sabe cómo fue, pero que tal vez lo hizo en la ocasión en que fue a dar su concierto a Colombia. Revela que antes de regresar, Valente, jefe de la Ciudad de México y zona centro, murió. Todos se impactan Camila explica que el grupo criminal colombiano lo asesinó. Ambos dicen que desconocen los detalles, pero que Valente fue perseguido en una lancha deportiva que robó para escapar. Afirman que los colombianos lo alcanzaron en alta mar Le dispararon con fusiles de alto alcance y explotaron la lancha. Ricardo se conmociona. Hay un silencio, sepulcral. Ricardo saca su teléfono, le marca Estefanía, le da la noticia. Luego le marca Emiliano y le informa también Estefanía yama Arturo. Le dice que son libres, que Valente ya no estará en sus vidas. Emiliano reúne a sus hermanos, Julia, Álvaro y él lloran y se afligen por la muerra muerte de Valente. Emiliano no se resigna. Llama a Hitler quiere saber si es verdad que Valente fue asesinado. Pone el altavoz Shitler llorando amargamente. Le dice que sí qué Valente murió. Le ruega que lo perdone. Jura que intentó protegerlo, pero unos colombianos, contratados por Iván y Camila acabaron con la vida de Valente. Les jura que va a vengarlo. Le pide Emiliano que lo recomiende en el Cartel Supremo para que le den trabajo y que era lo imposible cómo Valente lo hizo para convertirse en jefe y cuando esté de frente con Iván y Camila, les arrancará la vida con sus propias manos. Después dice Valente ya no está, pero todo lo que comenzó. Lo voy a terminar. Yo, Esto fue muerte en Cartagena. Producido y narrado por Mariano o diseño de audio Emilio Chino ortegan escúchanos en el próximo episodio segunda temporada. La tercera Lady Newton