Antes de empezar. Recuerda bien, este sábado treinta de octubre, a las ocho de la noche horas en entral hora de la Ciudad de México, me lo contó la noche live. Contaremos cuentos y hablaremos sobre fantasmas y sobre presencias y sobre cosas del otro mundo. Boletos disponibles en Me lo contó la noche com evento streaming y grabado. Podrás verlo en otro día cuando quieras. La noche del conjuro ha llegado y en la apartada casona vieja y abandonada cerca del Lago Gris, se perciben tres figuras obscuras bailando alrededor de un enorme y oxidado caldero calentado con leños ardientes. Las gordas y decrepitas mujeres baten una olla con unos enormes palas de madera, al tiempo que añaden los más exquisitos e ingredientes al botaje alas de murciélagos sin afeitar arañas albinas del Himalaya, aliento de dragón estéis polvoreado con chimicuiles de hidalgo para darle ese toque crocante que tanto gusta en estas fechas. El resto de la receta, querido amigo, es un secreto irrevelable. La decrepita casa se encuentra adornada con murciélagos que baten sus alas en son de bienvenida. Las velas flotan aparentemente de forma inexplicable mientras arden con una llama distinta a la usual. Y cómo no va a ser así. El fuego, el gran regalo del maligno está presente la casa, adornada impecablemente todos los muebles cubiertos de polvo nuevo recién es parecido la mesa puesta y dispuesta para la cena, con hermosos platos de calabaza y, a un lado, huesos que servirán como cuchara para degustar tan exquisito mangano, siempre tan finas entregadas y con un exquisito gusto. Incluso hay una pequeña pista para que los invitados que puedan bailar durante el convivio lo hagan siempre y cuando tengan la capacidad de mantener el contacto de los pies con el piso. El viento sopla y de forma casi imperceptible, se puede escuchar sigues tú mientras los enormes y secos árboles reflejan sus sombras tenebrosas con un vaivén como si fueran enormes gigantes. Con los brazos extendidos y a punto de embestir a la primera criatura indepensa que ose cruzar por el bosque encantado, los invitados comienzan a llegar sutiles y flotantes, espectros vaporosos, ánimas, errantes, criaturas de la noche, licántropos y condes bebe plasma y, por supuesto alguno que otro monstruo a medio morir y quiero decir a medio vivir. Va Gaiwai, la vieja torre del reloj marca la última campanada, el inicio de la fe y está más esperada todos expectantes a la gran cena de celebración. Los aperitivos corren y los invitados impacientes comienzan a golpear sus cubiertos contra la mesa. No olvidemos, querido amigo, que llevan trescientos sesenta y cuatro días esperando ansiosos la gran celebración