Hola y bienvenidos a guste. Este episodio se titula el avance insidioso del tiempo. En la aldea de reposo del pendulo, el tiempo no corría, sino que se arrastraba enclavado en el valle de vientos susurrantes. El pueblo era una reliquia, un lugar olvidado por las horas apresuradas del mundo moderno. En el centro del lento latir del corazón de la ciudad, estaba el imponente reloj que se erguía sobre el viejo campanario con su rostro como guardián silencioso de las calles empedradas. El reloj había sido creado por aster grem Shawk, el venerado relojero de la ciudad, un hombre cuya vida era un engranaje de engranajes y agullas. El reloj Gremshaw era su obra magna, no sólo un cronometro, sino el pulso de descanso del pendulo. Pero la historia de Alister era una tragedia, una sinfonia inacabada que interpretaba un lamento eterno. El gueño del oficio de Alisterno pudo salvar a su joven esposa que ese marquito enferma. Mientras el reloj de la ciudad marcaba las horas intempestivas de su vida apesadumbrado, se adentro en textos prohibidos y ciencias oscuras, buscando la forma de hacer retroceder las manecillas del tiempo. Su obsesión fue su perdición. Los aldeanos susurraban acerca de un acuerdo alcanzado a medianoche, un pacto con figuras sombrías que acechaban en los confines de los inviernos más oscuros. Una fatídica noche, cuando el reloj daba las doche una tempestad invisible a Soto pendulumsrest un rayo cayo sobre la torre y el reloj dejó de sonar en encontraron Allister. Al día siguiente, frío y sin vida con las manos aferradas al engranaje central del reloj, un engranaje que ya no giraba como si su corazón se hubiera sincronizado con el propio mecanismo que él había creado. Desde entonces, el reloj Grimshaw había permanecido en silencio, pero su creador no. El espíritu de Alister estaba ligado al reloy. Su esencia, entretejida en la intrincada red de engranajes y ruedas, se convirtió en un espectro del propio tiempo, un fantasma que podía convertir los segundos en horas y las horas en un tortuoso bucle de angustia. La maldición del legado de Alistair era cruel. Cada noche, cuando la campanilla espectral recordaba la hora de su muerte, los aldeanos revivían sus momentos más oscuros, viejas heridas, se reabrían los corazones, se rompían de nuevo y las alegrías eran arrebatadas por manos invisibles. Sólo para volver a su dolor con el amanecer. Entre los atormentados había una joven oróloga llamada Clara tataranieta de Allister, había heredado la afinidad de la familia por los relojes y el triste legado que los unía a reposo del pendulo. Decidida a romper el ciclo, Clara indago en las notas de su antepasado en busca de una comprensión de la maldición que mantenía cautiva a la aldea, se enteró del ritual que Alister había elevado a cabo un intento desesperado de rebobinar el tiempo y recuperar la vida de su amada. El engranaje que se había detenido en el reloj era la clave. Era el corazón de la maldición. El artefacto que ataba el espíritu de Alister al mundo de los mortales, armada con este conocimiento clara subio al campanario. En una noche en la que el viento susurraba promesas de un final. La escalera en espiral como las entranas de un rey, la condujo a la camara del reloj, donde el aire estaba cargado de la presencia del pasado. La esfera del reloj se alzaba ante élla con las manecillas congeladas, pero dentro de la Cámara, las fantasmales maquinaciones de engranajes y ruedas dentadas giraban sin cesar, impulsadas por el implacable espíritu de Alister y Alli. En el corazón del mecanismo de relojería estaba el engranaje central quieto y silencioso. Como la tumba apareció. La aparición de Allister su forma una colección de sombras y luces cambiantes, como si estuviera hecha de los mismos minutos y horas que una vez había dominado sus ojos. Eran los pozos más profundos de la desesperación. Un hombre que lo había perdido todo a manos del tiempo y de su propia locura. Clara se acercó con el engranaje central fuertemente agarrado entre las manos. Habló con una voz que contenía la fuerza de su determinación y la compasión que sentía por su antepasado Alter grim Shaw. Tu tiempo alegado a su fin, deja este lugar y libera a la aldea de tu dolor. El pasado está ma sala de nosotros y el futuro es un camino que ya no debes recorrer. Un gran vendaval suyo dentro de la Cámara, los engranajes fantasmales girando en un frenesí el espíritu de Alister se enfureció una tormenta de recuerdos y esperanzas perdidas, pero Clara se mantuvo firme. Volvió a colocar el engranaje central en el corazón del reloj como una ofrenda de paz y una invitación a a Lister para que descansara. Cuando el engranaje se colocó en su sitio, un calor se extendió por el mecanismo del reloj, un brillo dorado que palpitaba con la vida que Alister había vertido en su creación. El fantasma de Alister Grimshaw miró aclara, sus ojos se aclararon y la tormenta que había en el o se calmo. Cuando el resplandor se intensificó, extendió la mano y sus dedos espectrales rozaron. El engranaje en ese ro se encontró la absolución. Su espíritu se liberó de las ataduras que él mismo había creado, con un último suspiro que hizo eco de las campanadas de un reloj. Dando la medianoche, la forma de Alister se disipó, dejando tras de sí una profunda quietud. El reloj de Grimshaw comenzó a soñar una vez más con un ritmo relajante que hablaba de un futuro libre de las peñas del pasado. Cuando clara de xendio de la torre, sonó la primera campanada verdadera en más de un siglo, un sonido melodioso que anunciaba el amanecer de un nuevo día. Los aldeanos se despertaron en una mañana en la que sus corazones eran ligeros, sus heridas estaban curadas y sus recuerdos no habían sido tocados por los fantasmas de la ne. La maldición del reloj Grimshaw se había roto y su legado ya no era de venganza, sino de reconciliación. El descanso del péndulo volvió a encontrar su lugar en el flujo del tiempo y su ritmo dejó de ser sigiloso para convertirse en una suave marcha hacia el mañana y en lo alto del campanario, el reloj seguía avanzando. Un monumento no a la desesperación de un fantasma, sino al valor de una mujer y a la esperanza perdurable de que incluso los espíritus más torturados pueden encontrar la paz en el paso del tiempo. Gusta es una producción de Caleroga Shark Media, escrita y presentada por Alexander y en Maccintire producido por Mac Francis Productores ejecutivos Mac Francis y Jean Mathemat Hemos hecho todo lo posible para traducir este espectáculo de su historia original en inglés. Pedimos disculpas por cualquier éroe